Los síntomas de la diabetes tipo 1 son mucho más obvios que los de la diabetes tipo 2. Recuerda que en la diabetes tipo 1, el cuerpo se queda sin insulina y esto hace que el cuerpo reaccione de una forma mucho más drástica. Las principales señales de alarma son:
Ahora te explicamos el porqué de estos síntomas.Las células necesitan energía para realizar todas las funciones de tu cuerpo. Esta energía se obtiene de los alimentos, las grasas y azúcares que consumimos, se convierten en glucosa que viaja por la sangre y con ayuda de la insulina entra a las células.
Cuando la insulina falta, por razones distintas en los diferentes tipos de diabetes, las células no pueden utilizar la glucosa como combustible, así que empiezan a sentir hambre, mientras que la glucosa que consumimos se acumula en la sangre.
El cerebro, ante la falta de energía, manda señales al cuerpo para que comas más. Mientras eso pasa, las células, desesperadas, intentan obtener energía rompiendo las grasas y el músculo para que el hígado pueda convertir las proteínas del músculo en glucosa.
Esta reacción provoca un ciclo negativo para todo tu cuerpo: la glucosa aumenta, pero no puede utilizarse y cuando está en la sangre en niveles por encima de lo normal, el cuerpo trata de deshacerse de ella a través de la orina. El exceso de glucosa absorbe el agua como lo haría una esponja y se produce mucha orina que además provoca mucha sed en el paciente.
La diabetes tipo puede ser asintomática durante muchos años, los pacientes suelen no presentar manifestaciones clínicas o éstas son mínimas durante varios años antes del diagnóstico, por eso es tan importante que si estás en una situación de riesgo, es decir, obesidad y poca actividad física o carga genética, revises tus niveles de glucosa al menos cada tres meses. Los pacientes a veces no presentan manifestaciones clínicas o estas son mínimas durante varios años antes del diagnóstico.
Los síntomas son similares a los de la diabetes tipo 1, sin embargo, pueden ser más sutiles, porque en la diabetes tipo 2 sigue habiendo presencia de insulina, pero el cuerpo no puede utilizarla correctamente. Estas son algunas señales de alerta:
Si tu doctor determina que tienes un nivel muy alto de glucosa en la sangre o síntomas clásicos de diabetes, quizá no es necesaria la confirmación, estas son algunas de las pruebas que te pueden mandar a hacer.
HbA1c (hemoglobina glucosilada): mide el promedio de la glucosa en sangre de los últimos tres meses. Es un análisis de sangre y se tendrá que hacer cada tres meses si el diagnóstico se confirma o si la hemoglobina tiene un resultado mayor a 6.5%
Glucosa plasmática en ayunas. se realiza en ayunas, sin haber comido o bebido en las últimas 8 horas. Es una prueba de glucosa en sangre y se confirma la diabetes si está por encima de los 126 mg/dl.
Prueba de tolerancia a la glucosa oral: en esta prueba tendrás que beber una bebida dulce que te da el doctor y en dos horas checar el nivel de glucosa en tu sangre. El objetivo es ver cómo reacciona el cuerpo ante la ingesta de glucosa, cómo es que el cuerpo la procesa. Se diagnostica diabetes cuando el nivel es de 200 mg/dl o más.
Prueba aleatoria (o casual) de glucosa plasmática: se realiza a cualquier hora del día, cuando los síntomas de la glucosa alta son muy evidentes y la diabetes. está en una etapa severa. Arriba de 200 mg/dl es diabetes.
El tratamiento de la diabetes varía en cada persona, es indispensable que tras el diagnóstico te pongas en mano de un endocrinólogo, nutriólogo y otros especialistas para revisar que no haya complicaciones.
En todos los tipos de diabetes, el objetivo del tratamiento es regular el azúcar en la sangre, regresar los niveles a su normalidad y aunque suena fácil, hay muchos factores que intervienen en el control de los niveles de glucosa, desde el estrés, la dieta, el ejercicio y hasta el clima, por eso cada personas debe encontrar su tratamiento ideal.
En la diabetes tipo 1 son necesarias las inyecciones de insulina, generalmente se administran antes de cada comida. En la diabetes tipo 2 se recetan algunos fármacos y, muchas veces, también es necesaria la insulina. La dieta y el ejercicio son indispensables en todos los tipos de diabetes y el glucómetro, un aparatejo que mide la glucosa, es, para todos los diabéticos, un objeto indispensable para el buen control.
Tras el diagnóstico inicial de la diabetes, la vida cambia. Debe cambiar. No solo la vida del paciente, también la vida de la familia de la persona diabética. Es por eso que la educación en diabetes es necesaria.
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