
25 May Diabetes: traumas y afecciones psicológicas más comunes
Como en toda enfermedad física, el estado psicológico de la persona frecuentemente influye en el desarrollo, manejo y transcurso de la enfermedad
María I. Jiménez Chafey y Mariel Dávila, estudio psicodiabetes
En el terreno de la salud mental, padecer diabetes no es cualquier cosa, pues es vivir secuelas emocionales, psicológicas e incluso esta enfermedad puede devenir en enfermedades como la depresión o la esquizofrenia. Pero no todo está perdido, ya que estas secuelas pueden controlarse y tratarse.
Para los parientes y amistades de una persona que tiene diabetes, o para la persona misma, es importantísimo conocer los efectos psicoemocionales que pueden sufrirse por padecer esta enfermedad, sólo así estos podrán manejarse de una manera más integral.
Los traumas y afectaciones psicológicas más comunes

Como quizá te lo marca tu intuición, el diagnóstico de diabetes puede generar en un inicio estados de shock, inseguridad, ansiedad y depresión, esto es normal y tiene que ver con lo que se conoce como ‘Trastorno de estrés postraumático’. También, algunos efectos de la enfermedad misma pueden desencadenar secuelas psicológicas a lo largo de la vida que a continuación enlistamos con base en un estudio del Lady Hardinge Medical College y publicado en el
Indian Journal of Endocrinology and Metabolism:
La diabetes puede generar enfermedades mentales y viceversa
¿A qué nos referimos? Así como esta enfermedad predispone la aparición de anormalidades psiquiátricas y ciertos trastornos psiquiátricos, como la depresión y la esquizofrenia (Se estima que el riesgo de depresión es 50% a 100% más alto en los individuos con diabetes), también sucede al revés. Por ejemplo, los enfermos con esquizofrenia tienen de 2 a 4 veces más riesgo de presentar diabetes tipo 2, en comparación con la población general.
Depresión
Como ya habíamos apuntado, se estima que el riesgo de depresión es 50% a 100% más alto en los individuos con diabetes, en comparación con la población general. Se considera que la depresión puede participar en la aparición de la diabetes (con un riesgo 60% más alto, según los resultados de un metanálisis reciente) en tanto que la diabetes predispone a la depresión, posiblemente en asociación con las modificaciones neuroendocrinas (aumento del cortisol, actividad de la leptina en el sistema límbico, trastornos en el transporte de la glucosa y de citoquinas proinflamatorias), psicológicas y de estilo de vida.
Ansiedad
También tienen una relación bidireccional (la ansiedad y la diabetes). La prevalencia de los trastornos de ansiedad es sustancialmente más alta en los pacientes con diabetes, en comparación con la población general. Y a su vez, los síntomas de ansiedad incrementan el riesgo de diabetes. Se estima que la ansiedad generalizada es alrededor de 3 veces mayor en los sujetos con diabetes en comparación con el resto de las personas. Además, la a sudoración, la ansiedad, el temblor, la taquicardia y la confusión son síntomas comunes a la hipoglucemia y a los trastornos de ansiedad.
Delirio
En las personas con diabetes se puede manifestar con los episodios de hipoglucemia o cetoacidosis diabética. Sus efectos pueden variar entre hipoactividad o hiperactividad; la desorientación, la confusión y los trastornos del sensorio son comunes a ambas formas de delirio. También puede asociarse con alucinaciones, trastornos del sueño y pensamiento anómalo. A menudo se intercalan intervalos de lucidez.
Para concluir con este acercamiento, un estudio de la Universidad de Puerto Rico sobre psicodiabetes abunda en la enorme importancia de que la persona que sufre de diabetes también desarrolle habilidades emocionales y psicológicas para lidiar con su enfermedad y tener una mayor calidad de vida, esto es tan importante como se alude en el siguiente párrafo de la investigación:
El estrés emocional y psicológico que experimenta la persona con diabetes puede convertirse en un círculo vicioso y en el peor obstáculo para el manejo de su condición; una diabetes poco controlada puede producir respuestas psicológicas negativas que pueden exacerbar la enfermedad.