¿Cómo se llevan el café y la diabetes?
Si ya tienes diabetes, el impacto de la cafeína sobre la acción de la insulina se puede asociar a niveles de azúcar en la sangre más altos o más bajos.
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¿Cómo se llevan el café y la diabetes?

¿Cómo se llevan el café y la diabetes?

No es cualquier cosa, el café es la droga más popular y de mayor consumo en el mundo. Su origen ubicado en África es un hecho corroborado aunque su uso como estimulante como tal está registrado hasta el siglo XVIII, y desde entonces se expandió como pólvora, a todos los países del mundo, prácticamente.

Iniciamos el día con un delicioso sorbo de café, una manera muy poética de arrancar pero, quizá si tienes diabetes o pre diabetes estarás preguntándote si podrás tener una relación con este producto o si su historia juntos se ha acabado tras el diagnóstico.

¿La respuesta?

Depende. Mientras algunos estudios sugieren que beber café, cafeinado o descafeinado, en realidad podría reducir el riesgo de tener diabetes, la mayor parte de la literatura médica coincide en que cada caso deberá prescribirse individualmente por el médico de cabecera.

¿Por qué?

Lo que sucede es que ingerir cafeína puede aumentar los niveles de glucosa e insulina en las personas con diabetes tipo 2, sobre todo si se ingiere a la hora de comer, según un popular estudio de la Universidad de Duke y publicado en la revista Diabetes Care. Por ello lo mejor es ingerirlo en ayunas, aunque aún así no necesariamente es recomendable para todos.

La cafeína también reduce la sensibilidad del cuerpo a la insulina,  y esto provoca que aumente el nivel de la glucosa sanguínea.  A su vez, esto es derivado de que la cafeína aumenta los efectos de las hormonas adrenalina y glucagón, y estas a su vez, propician la salida de la glucosa almacenada en el hígado generando que este exceso resulte en niveles elevados de azúcar en la sangre.

Ahora, según la Federación Mexicana de Diabetes, en algunas personas con diabetes, aproximadamente 200 miligramos de cafeína —o el equivalente a una o dos tazas (de 237 a 474 mililitros) de café filtrado— podría causar el efecto no deseado y antes descrito, por ello este promedio, entre una a dos tazas sería el máximo de cantidad deseable incluso para aquellos a quienes su médico les ha permitido ingerir el delicioso café. Es muy importante cuidar que la taza de café no tenga azúcar ni leche, si la tiene, debes contar las calorías y los carbohidratos que tiene la leche y elegir descremadas.

En conclusión, primero debes visitar a tu médico y seguir sus recomendaciones al respecto, al pie de la letra, =).